Las malformaciones congénitas más frecuentes tratadas por los cirujanos plásticos
Una malformación congénita es un defecto de la anatomía del cuerpo humano, o en el funcionamiento de los órganos o sistemas del mismo, que aparecen desde el nacimiento. Esto se debe a que un agente concreto actúa sobre la evolución del embrión en el vientre materno. La cirugía reconstructiva se encarga de arreglar aquellas malformaciones congénitas más comunes en recién nacidos. Entre ellas, destacan las fisuras como el labio leporino o la palatina.
Si atendemos a la zona del pabellón auricular, encontramos desde la ausencia de orejas hasta las orejas “de soplillo” que aunque se considera como una malformación leve, puede llegar a afectar psicológicamente a un niño. La anotia es un defecto en el cual la oreja no está presente, mientras que, en la microtia, encontramos una oreja diminuta que no se ha formado correctamente.
También se pueden encontrar malformaciones del pabellón auricular consideradas como graves que pueden formar parte de otros síndromes craneofaciales y asociarse a malformaciones renales. En algunos casos, también conllevan la usencia del conducto auditivo, provocando dificultades auditivas al bebé.
En cuanto a las malformaciones en extremidades encontramos la polidactilia, un trastorno en el que el bebé nace con más dedos en la mano o en el pie de los que corresponde, y la sindactilia, como la unión de dos o más dedos.
Además, existen malformaciones en la zona del tracto urinario. La malformación más frecuente es la hipospadias, defecto de los varones en el que la apertura de la uretra no está en la punta del pene, seguido del epispadias (la apertura la encontramos en la parte superior del pene) y la extrofia vesical, en donde la mucosa de la vejiga se encuentra al descubierto.
También encontramos otras malformaciones como las relacionadas con los defectos de la piel, como los angiomas y los nevus. El primero, es un tumor benigno, que se manifiesta como una mancha plana generada por la acumulación de pequeños vasos sanguíneos. Por el otro lado, el nevus es una alteración en la piel de células pigmentadas que puede llegar a generar mayor incidencia de cáncer cutáneo.
Finalmente, una de las más comunes malformaciones de las craneofaciales es el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad caracterizada por deformidades craneofaciales que afectan al desarrollo de los tejidos del tercio medio e inferior de la cara, como puede ser el pómulo o la mandíbula.
Otra malformación craneofacial es el síndrome de Pierre Robin, alteraciones que ocasionan una mandíbula excesivamente pequeña (micrognatia) con glosoptosis que hace caer la lengua hacia atrás. Ambas malformaciones pueden ocasionar en los niños problemas de deglución y respiratorios.
Conviene destacar que todos los casos descritos de malformaciones congénitas necesitan de cirugía reconstructiva y que debido a la complejidad de algunas intervenciones, algunas cirugías suelen necesitar de un seguimiento clínico posterior.